Los depósitos con varios años de antigüedad acumulan en su fondo un sedimento dañino para la vida de las calderas, embarcaciones o vehículos y la única solución para evitar dicho daño es hacerlo desaparecer.
La principal razón de que aparezca este sedimento, es que se incorpora un porcentaje de BIODIESEL y la progresiva reducción en el contenido de AZUFRE en los gasóleos, atendiendo a las actuales normativas medioambientales para evitar en lo posible las emisiones nocivas durante la combustión; pero al mismo tiempo, el azufre realiza una función antibacteriana.
Los gasóleos A, B y C se contaminan por la presencia de microorganismos, como pueden ser bacterias, mohos y levaduras, alterando las propiedades del combustible, provocando mayor desgaste del motor, peor combustión y aumento de emisiones de CO2.
Los motores y calderas necesitan combustible limpio para que duren más, funcionen de manera eficaz y reduzcan al mínimo los costes de mantenimiento. Además de ser más respetuoso con el MEDIO AMBIENTE.
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